martes, 18 de agosto de 2009

Fin de semana en Colima

Después de muchas negociaciones con mi señora esposa, la convencí de visitar la tierra que me vió nacer, también como siempre nuestro amigo y compañero Manuel mi compadre nos acompañó; asi que el sábado con 2 horas de retraso emprendimos el viaje al puerto de Manzanillo.

Es raro pero a pesar de que ya son muchos años en la ciudad donde vivo, no dejo de sorprenderme y regocijarme cada vez que regreso a ese pequeño estado del occidente de nuestro país, y mucho de ese asombro empieza con la variedad de su flora mucha de la cual no existe en el estado donde radico.




Cuando ibamos entrando a la ciudad permití a mi pequeña hija que se fuera conmigo en el asiento del copiloto para que observará lo bonito que tiene el estado.

El mar es una cosa que subyuga, la manifestación incuestionable de la existencia del creador, esa emoción que yo siento y sentía quería que mi pequeña de tres años la viviera en carne propia.

Mi tia amable, y que es una madre más para mi, ya había comprado un gorrito y un juego de cubeta y pala para que mi niña disfrutara de los placeres de la playa.

La cita era en Manzanillo en una playa de nombre "La boquita", la última vez que estuvimos en Colima, fue para mi luna de miel y solo visitamos la ´playa de la Audiencia y la misma de Maeva, mi primo y mi tia nos fueron a esperar en la entrada del club Santiago.





El club Santiago es una especie de club privado donde hay vigilancia, nuestro salvoconducto era la frase "vamos a la boquita" y pasabamos sin ningún contratiempo.


La boquita es una playa muy bonita, tiene la característica de que es una playa tipo alberca, con mínimo oleaje y ese día el agua era tibia, ideal para los niños y este caso para mi hija. Otra cosa interesante es que se conecta con una estero y también mi esposa y yo fuimos a visitarlo sorprendiéndonos lo caliente y cristalina que estaba el agua, ese día disfrutamos mucho del mar y casi nos estuvimos hasta más alla de las 7:00pm de la noche.


Terminamos el día en el restaurante del Pifas que ya no tenía el tan anhelado "huachinango" por lo que solo pedimos platillos por separado. Llegamos muy noche a la ciudad de Colima y yo les puse la película del cumpleaños de la Vale y con eso terminamos el día.




Al otro día Manuel y Mariana querían ir al mar, por lo que a mis tios se les ocurrió ir a la playa del Real, como 30 minutos.

Hace muchos años que no iba a tal playa y las humildes palapitas que recuerdo de mi niñez ahora se ven como impresionantes restaurantes casi todos con alberca y algunos hasta con tobogan, ahi fue donde fuimos a comer y a la playa.


Era un día nublado y el mar estaba muy picado las olas reventaban muy cerca de la orilla y a la pobre de vale le dio 2 que tres chapuzones, y bueno no nos bañamos como en la boquita, ya que el mar imponía y yo tan osado que era en otros tiempos preferí dejar el baño playero para otra ocasión.


Ahora si para terminar el día comimos un rico pescado sarandeado que gustó hasta Mariana y a mi compadre que comieron de tan exquisito manjar del mar aun cuando las costumbres culinarias son muy diferentes en el centro y norte del país.


Fue un viaje que había sido tan ansiado que lo disfrute mucho, y no me importó que mi celular que iba para los tres años sin perder, terminara mojado y parece ser que dañado sin remedio, la felicidad y sonrisa de mi niña fue lo que no olvido ni olvidaré, agradezco a mis tios y a mi primo su cordial hospitalidad, a mi esposa su apertura, a Manuel su compañía y a Dios la oportunidad de tener los medios y el tiempo para asistir.

jueves, 13 de agosto de 2009

Mi primera manzana

Una manzana para el maestro" una frase clásica, aunque cuando uno recibe dicho fruto de un alumno realmente es una experiencia bonita.
Sería cuando un grupo de compañeros de la escuela nos reuniamos a estudiar para presentar algún examen, me daba a la tarea de enseñarles a mis compañeros.
Siempre - hasta la profesional - fui un buen estudiante y aparte me gustaba enseñar a mis amigos y compañeros, antes en las tardes y conforme seguía corriendo mi vida estudiantil también llego a abarcar mis noches y parte de mis noches.
Me llegó a pasar por la mente estudiar en la normal, sin embargo me preocupaba el probable bajo ingreso que pudiera tener como profesor.
También mi amor por la preparatoria donde estudié, pensé en enseñar en la misma como pago a las grandes vivencias y enseñanzas que aprendí en el CETis 155.
Después gracias a la intervención de una amiga, en mi trabajo me emplearon como instructor interno y en muchos de los proyectos donde he participado me toca la tarea de capacitar a los usuarios.
Debido a que cuando estudie la profesional fue altamente desgastante combinar escuela con trabajo decidí tomar mi año sabático que se volvieron como 15, y deje la titulación para mejores tiempos, aunque fue quedando más y más rezagado.
En las escuelas generalmente le piden a uno su título para poder dedicarse a la docencia y ese fue un impedimento para poder lograr el deseo de enseñar en una institución de educación superior, hasta que un buen día tomé la determinación de terminar y gracias a una llamada del maestro Becerra que me daba un ultimatum, por fin pude titularme en el 2006.
En 2007 que fue un año muy bueno - empecé como profesor y fui admitido en la maestria - recibí la llamada de mi amiga Goy invitándome a dar una clase y a su vez había mandado mi curriculum a otra universidad donde también me llamaron, y empece mi carrera como profesor.
Me ha ido muy bien para que negarlo, llevo un par de reconocimientos y claro es dinero extra que ayuda mucho. Sin embargo la enseñanza va más allá...
Los reconocimientos se deterioran y olvidan, el dinero se gasta y se va en muchas cosas, pero la sonrisa de alumnos y alumnas que después de un curso, me extienden su mano, y hasta algunos me regalan un abrazo, eso es lo que siempre se va a quedar conmigo.
Sobre todo la mirada, esa mirada que revela que deje "algo" en ellos, esa estima que traspasa la relación alumno-profesor es limpia como el corazón de mayoría de los que alguna vez han sido y son mis alumnos.
Hoy recibí ese pequeño presente que casí hizo que me sonrojara, lo tomé como un gesto de alta amabilidad y me hizo sentir bien, que llegando a mi trabajo presumí a mis compañeros, la primera manzana de mi alumna Chelito y compañeros de primero de contabilidad y finanzas. Gracias mil.

Escribir antes de morir....

Al anotar sobre romanticismo, hablo en un sentido amplio de la palabra estoy enamorado de Dios y por ende de la vida que El nos dió.
Es decir, a veces cuando digo mis gustos pues son demasiados y siento que resulta hasta exagerado decir me gusta la música como a mucha gente, bailar como otra tanta, pero sigo diciendo gustos tan variados que es cuando caigo en la cuenta de mi enamoramiento por esta vida.
Al tener esa dicha, que a quien más debo es a Diós, de haber vivido intensamente la muerte no representa alguna preocupación no superable, se que la vida es finita y que en cualquier momento se puede apagar.
Es por eso que en la víspera de mis 40 años, no por temor a la muerte, sino por dejar de decir los sabores amargos y dulces que esta vida me ha dado a probar, quiero escribir.
También quiero escribir a aquellas personas que marcan y que han marcado la existencia de este servidor de ustedes, y quiero hacerlo "antes de morir"....
Espero que disfruten de este blog...

El adiós a los amigos - hermanos

Siendo las 3 y pico de la mañana de este 5 de enero del 2021 al querer nuevamente conciliar el sueño para continuar mi descanso simplemente ...